El Real Madrid Teka cayó derrotado en la tarde de ayer, en la Sala Pionir de Belgrado, ante el Estrella Roja, por 82-70. En ningún momento dieron los nuestros sensación de poder llevarse un encuentro que se decantó desde los minutos iniciales a favor del equipo serbio.
Acreditó el Real Madrid Teka, a pesar del espejismo que han supuesto sus dos últimos partidos en el Palacio, que está muy justo de gasolina. Nada que nos deba extrañar, mirando el calendario de competición, que obliga a partidos cada dos o tres días, con desplazamientos largos e incómodos en los días intermedios. En esas condiciones, se acredita en la Euroliga que el equipo que juega en casa tiene mucho ganado de antemano. Se vio ayer, y se vio hace unos días contra el Darussafaka turco, en otro desplazamiento complicado, con paradas y transbordos de por medio.
Sin que lo presente sirva a justificación, tampoco podemos echar en falta el factor arbitral. ¿Por qué será que, cuando nos toca jugar de visitante en las canchas calientes desaparecen los primeros espadas del arbitraje continental, y nos envían, como ayer ocurrió, a Foufis (griego), Mantyla (de Finlandia), y Kowalski (polaco)? Se fueron arrugando desde el salto inicial, en el que el balón no subió recto, circunstancia que favoreció a los serbios, sin que ninguno de los tres colegiados se atreviera a ordenar repetir el saque. De ahí hasta el final, todas las decisiones polémicas, video incluido de por medio, cayeron del lado local. Son esas pequeñas decisiones que te van minando, y que te acaban sacando del partido. Fuera estuvo Nocioni, que debe tranquilizarse de manera urgente, Randolph, y hasta el propio Pablo Laso, que sufrió una técnica en contra.
Insisto: lo anterior no debe tapar los problemas. Se ve al equipo agotado, física y mentalmente. Muchos esfuerzos seguidos, que habrán de prolongarse ya el próximo martes, en nuestra visita a Sevilla, y el jueves, nuevo viaje a Turquía. Luego, partidos el 3, el 6 y el 8 de Enero. Quizás debamos convenir en que una plantilla de catorce o quince incluso, se queda corta para las exigencias existentes.
Ausentes ayer Rudy (permiso de paternidad), y Maciulis (problemas musculares), brilló con luz propia Jeff Taylor, que acreditó 25 puntos, con siete triples, y una valoración final de 27. Lástima que nadie le acompañó. En cualquier caso, esperemos que Taylor haya sido capaz ya de coger el aire a la competición, y comience a sumar como lo que de él se esperaba desde el primer día. Sergio Llull sigue acusando cansancio. Su 0 de 6 en triples, y sus fallos en algunas penetraciones, dejan constancia fehaciente del asunto. Ayón volvió a brillar con luz propia, pero si exceptuamos a Felipe, se vio muy solo en las dos pinturas. Carroll tampoco anotó de tres (0 de 5), y Draper sigue sin dar al equipo la decisión que este necesita. Veremos qué tiene Doncic, que se torció el tobillo en una penetración.
En fin señores, que continuamos segundos. No hay motivo de alarma por la clasificación (con cruces en la segunda vuelta que nos favorecen, pues los equipos a priori más duros deben visitar el Palacio), si bien es necesario que el juego mejore. No demos pábulo a los que ya quieren derribar el edificio, y mientras dicen de otros, que van por detrás, que han hecho los deberes, se dedican a dar estacazos a los nuestros. Hace mucho que quedaron retratados.
Buenos días a todos. HALA MADRID.
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